El diario “ La Repubblica ” publica hoy la entrevista a sor Anna Nobili, de 38 años, ex bailarina que reconoce que “ estaba tirando una vida con el alcohol y el sexo, sin amor verdadero ” hasta que a los 25 años visitó la ciudad natal de San Francisco, Asís, donde sintió la llamada de Dios.
Tenía 25 años y bailaba desde los 18. Después en Asís, delante de la Iglesia de Santa Clara, sorprendida por el cielo, por los colores, por la paz, me puse a bailar entre el estupor de la gente.
Cuando regresaba en tren a Milán sintió que “ Dios estaba dentro de mí. Había renacido, estaba transfigurada ” , dijo sor Anna, vestida con sus hábitos de las Monjas Obreras de la Santa Casa de Jerusalén, tras haber hecho votos perpetuos el pasado mes de septiembre en la catedral de Palestrina, en las afueras de Roma.
Sor Anna reconoce que es una afortunada ya que, lejos de recriminarle su antigua actividad, el obispo de Palestrina, Domenico Sigalini, le ha encargado enseñar danza sacra contemporánea en el centro pastoral juvenil de la diócesis.
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