domingo, 5 de julio de 2009

Michael Jackson: érase una vez una máscara

Firmas de seguidores cubren un cartel de Michael Jackson en el bulevar de las Estrellas de Hollywood, California, el 29 de junio de 2009. Foto de AFP


Escribe Yolanda Monje en El País:

Érase una vez...
Un niño con tanto miedo a ser rechazado que decidió hacer lo imposible para que la gente le quisiera. Lo imposible le convirtió en un moderno fantasma de la ópera a quien el bisturí destrozó tanto -25 intervenciones de nariz, de implantes de pómulos, de ojos, de barbilla, de borrado de pigmentación...- que habría que haber comprobado sus huellas dactilares para saber que hablábamos de la misma persona -negra- que nació en Gary, Indiana, en 1958.
El rechazo que experimentó contra su persona alimentó su ambición de ser la mayor estrella del pop que el mundo hubiera conocido. Jackson estaba obsesionado con las leyendas cuya gloria se catapultaba a la estratosfera con sus muertes.
Quería ser más famoso que Elvis Presley. Lo consiguió. Quizá al precio de su vida.

La máscara era Michael, AQUI

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